Héctor Chiapero presidente de CIMO mete presión a la espera de la ley de la moto. Fuente Diario La Opinión de Rafaela:
La ya sancionada ley que dispone la fabricación y ensamble de motos en el país no consigue su ordenamiento por la demora innecesaria del trámite en el Ministerio de Producción de la Nación.
Pasaron muchos meses desde la sanción de la ley que promueve la fabricación y ensamble de motos en nuestro país, sin embargo, parece mayor el tiempo de espera para la reglamentación de la norma, que quedó en suspenso y sin conocerse los motivos desde hace más de cuatro meses.
Héctor Chiapero, presidente de la Cámara de Industriales de la Moto, comentó a LA OPINION que "la última vez que nos reunimos con el Gobierno, las cuatro cámaras que conformamos la estructura industrial y comercial de la moto, estuvimos con la ministra Débora Giorgi, se discutieron los puntos principales para tratar de poner en marcha la reglamentación. En general, los pedidos que se hicieron fueron rechazados por imposibilidad de reglamentación, pero a su vez la funcionaria encontró un pedido de nuestra cámara que es lo que le falta a la ley para las industrias motopartistas, que es la promoción para lograr exportar motos completas, motores completos y partes, para poder hacer frente a los altos costos de producción y volumen nacional, si se tiene en cuenta lo que hace China". Entonces, este apartado se añadiría a la ley por medio de un decreto, para favorecer a las empresas fabricantes de motopartes.
Sin embargo, "desde esa reunión, no tuvimos más noticias". Entonces la demora sigue acrecentándose, porque "esta ley tenía que estar operativa a fines del año pasado".
FUERA DE FORMA
Según Chiapero, "la ley terminó saliendo de una manera inadecuada", porque no termina de limitar el embate de las importaciones de motos, que van en contra de la industria nacional, que era el sentido básico de la norma, que ahora es por demás compleja y se hace muy difícil controlar su cumplimiento, así es que "creemos que no va a llegar a ser eficaz para aumentar la mano de obra local", porque se debería haber limitado a unos 200 cc. como mínimo el ingreso de motos armadas, poniendo porcentajes graduales de piezas nacionales en su ensamble con el correr de los años. Las importaciones siguen y las limitaciones son ínfimas, por lo tanto "sigue siendo un colador la aduana" y así no hay competitividad para los fabricantes nacionales.
El Estado nacional tiene que negociar estas restricciones con China, para mantener los vínculos comerciales pero a la vez promover la industria propia. "Si no se hace así, no va a funcionar la ley, porque siguen teniendo ventajas los importadores" porque no se van a subir los aranceles de ingreso y en tanta tergiversación deberán pasar dos años desde la reglamentación para que se comience a intervenir con partes nacionales en la conformación de los vehículos, advirtió el titular de FAR-VMG, que remarca la nula actividad de montaje en el país, lo cual destina a las empresas motopartistas a un mercado de reposición.
Pero en esto también hay desventajas, "porque los propios importadores de motos, tienen muchísimas facilidades para traer repuestos y a precios ridículamente bajos, entonces también están arruinando el mercado de reposición". Esta situación hace que hoy la firma rafaelina FAR trabaje por debajo de sus costos, subsidiándose con otras empresas del mismo grupo y saliendo a "encarar el tema del dumping, que en el caso de FAR va a frenar la importación de amortiguadores estando muy avanzado, porque tenemos pruebas que en China hay una promoción para que esas partes entren a un precio tan vil que afecta a la industria local". Héctor Chiapero conoce el mecanismo ya que con las bombas de agua para motores, se consiguió eliminar a todos los importadores por la cifra que se debe añadir a esos productos, lo cual actúa como única defensa del trabajo argentino "La reglamentación viene absolutamente dilatada, dicen que está en el escritorio de Boudou (ministro de Economía), pero no se dan cuenta que estamos dependiendo de esto para saber si podemos continuar trabajando", a lo cual se suma que "ni siquiera nos reciben para saber qué está pasando", concluyó en la tensa espera el empresario.
Fuente diario La Opinión de Rafaela
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