viernes, septiembre 07, 2012

Keller presentó oficialmente la K-65

"La  nueva K-65 está disponible en los colores Naranja Calipso con Blanco Pearl, Negro Vesubio con Carbón y Blanco Pearl con Negro Vesubio, a un precio sugerido base de  $55.000 y 2 años de garantía ó 20 mil kilómetros."


La Naked de 650cc se constituye en el primer modelo de alta gama de media cilindrada fabricado en Argentina. Un salto cuantitativo y cualitativo de la firma cordobesa que marca un hito en la industria nacional.




PUBLICIDAD K 65 18 seg from keller Motors of Argentina on Vimeo.



KELLER K 65 TORTUGA from keller Motors of Argentina on Vimeo.

Córdoba, agosto 30 de 2012. En un hecho sin precedentes para la industria de motovehículos en Argentina, Keller Motos lanzó desde su planta industrial Córdoba el primer modelo de 650cc producido en el país.
La presentación de la K-65, significa un desafío empresarial que trasciende la nueva tendencia general de producir a nivel nacional modelos de 125-200cc, para ubicarse en el desarrollo de propuestas de media cilindrada, hasta ahora inéditas.
Con iniciativas como ésta, que responden al slogan “Siempre avanzando”, Keller busca diferenciarse del contexto general a través de conceptos nuevos, nichos no explotados y aspira, sobre todo, a poner al alcance de la gente modelos deseables en un rango de precios accesibles. 

Durante la revelación de la K-65 a la prensa local, nacional y especializada, Walter Belotti, director de la firma, calificó al lanzamiento como “un eslabón más de la cadena de emancipación y crecimiento que Keller Motos Argentina intenta realizar”, al tiempo que consideró que convertirse en la primera empresa en crear una moto de 650cc de alta gama en el país es  un “desafío que implica una concepción empresarial conflictiva, porque se pretende transformadora, pero que no renuncia a su propia invención ni a su compromiso ético con el crecimiento de la Argentina”.



Belotti, que ubicó a Keller como una de las empresas impulsoras del Plan de nacionalización de motopartes, se mostró “orgulloso” de poner a consideración del mercado un producto de alta gama desarrollado integralmente en Córdoba.
Finalmente, describió a la K-65 como “una moto compacta, de buena calidad, fácil de mantener y de excelente performance”, además de considerarla “lógica, cómoda, rápida y maniobrable” y con atributos ideales para “quienes se introducen en el mundo de la moto o quieren migrar a una cilindrada más potente”.



Muestra todo, no oculta nada

En un formato Naked muy masculino, la K-65 de Keller viene a cubrir la retracción coyuntural de la oferta de marcas líderes producida por la limitación a las importaciones directas en el segmento de media y alta cilindradas y a compartir un nicho en la alta gama entre los formatos compactos y racionalistas que intentan dar la máxima prestación con el mínimo de componentes.
La primera Naked de 650 cc producida en el país atrae por sus líneas angulosas y enamora por su personalidad. Polivalente, balanceada en calidad y precio, será apetecida por los inexpertos y valorada por los entendidos.
La K-65 nace de la creciente necesidad de motos de mayor cilindrada a bajo costo. A partir de este concepto que se impone en el mercado argentino,  Keller desarrolló una Naked compacta de excelente calidad y prestaciones a un precio muy razonable: una moto lógica.
Confortable y veloz, la K65 está configurada para quienes se inician en vehículos de esta cilindrada tanto como para quienes exigen performance de un 650cc.
Se trata de un típico exponente del segmento Touring-Sport, con líneas angulosas y divergentes tomadas del concepto del diamante, con un chasis tubular expuesto que acompaña la cintura de la moto.
La K-65 es una Naked equilibrada que permite una doble posición de manejo y no exige la rigurosa postura deportiva. La conducción es muy intuitiva y transmite seguridad en toda situación, la moto anticipa todos los movimientos y sólo hay que acompañarla sin esfuerzos.

Puntos fuertes

La K-65 está construida en torno a un chasis de cromo molibdeno doble cuna, las suspensiones son progresivas, de manofactura japonesa, con amortiguadores hidráulicos de doble efecto adelante y de nitrógeno líquido con regulación de compresión en la parte trasera.
Una planta motriz está constituida por un bicilíndrico de 649cc, 4T,  8 válvulas, DOHC, refrigerado por líquido, reporta 71,15 CV a 8.500 rpm  y un par motor de 60 Nm / 7.000 rpm.
Está provista de un sistema de inyección electrónica Ducati (con inyectores Magnetti-Marelli) de última generación que le otorga una equilibrada curva de potencia traducida en una conducción suave, un consumo acotado y una agresiva respuesta al momento de acelerar a fondo.
El sistema de refrigeración es por líquido, con un generoso radiador al frente del chasis muy funcional.
La transmisión primaria fue encargada a una caja de 6 marchas muy precisas, la secundaria a una cadena sellada. Los rodados son de origen tailandés de 17 pulgadas, muy anchos, con una pisada de 160 atrás y 120 adelante y confeccionados con tela de Kevlar, que le dan una resistencia notable a las fuerzas centrífugas.
La frenada está asegurada adelante por dos discos lobulados flotantes de 300 mm con cuatro pistones entre los dos cáliper y pastillas de bronce, que no necesitan tomar temperatura para funcionar a pleno. En la rueda posterior monta un disco simple de 220 mm con un sólo pistón.
Todos los comandos son de fácil y rápido acceso al igual que la lectura del instrumental sumado a la regulación de sensibilidad de las manetas de freno delantero y embrague. La K-65 está equipada con un velocímetro digital y cuenta vueltas analógico de comando electrónico. Una pantalla LCD multifunción agrupa nivel de combustible y odómetro total, nivel de temperatura y velocidad actual. Además tiene indicador de presión de aceite, balizas, luces de giro y un testigo de información de gestión electrónica que hace un chequeo cada vez que la moto se pone en contacto (Self TEST). 
Las luces alta y baja son generadas por lámparas halógenas de 55 W (PLZ Presition Light Zone) con sistema de lupa que dirigen los haces hacia el lugar correcto y mejoran la iluminación ante condiciones adversas o de máxima oscuridad; las de giro, posición y stop son LED de alta intensidad.
El tanque de combustible es otra cualidad de la moto, con una capacidad para 17 litros (dos más que la media del segmento) que hace de la K-65 tenga respetable autonomía de marcha. El consumo aproximado es de 14/16 km/litro a 100 km/h en un uso combinado de ciudad y ruta.
La  nueva K-65 está disponible en los colores Naranja Calipso con Blanco Pearl, Negro Vesubio con Carbon y Blanco Pearl con Negro Vesubio, a un precio sugerido base de  $55.000 y 2 años de garantía ó 20 mil kilómetros.



Producto nacional, tecnología internacional

Entre otros componentes, la K-65 tiene cilindros Nikasil, aros cromados, inyección de combustible Ducati, inyectores Magnetti-Marelli, neumáticos CST con telas de Kevlar, rodamientos japoneses NTN, cadena de transmisión RK sellada y un surtido más amplio de piezas, con un alto valor de mercado, pero que le confieren calidad y seguridad.
En el mismo sentido pero a nivel logístico, para poder hace frente al proyecto “K-65”,  Keller motos realizó un importante esfuerzo de producción y una inversión considerable en materia de capacitación de personal, adquisición y reformulación del prototipo, incorporación de mano de obra específica, replanteo de la línea de ensamble y hasta adecuación de dispositivos, máquinas y herramienta de la planta industrial Córdoba. Todo con la misma finalidad: lograr que la relación calidad-seguridad-precio sea la más equilibrada posible.

Calidad es seguridad

La K-65 es una demostración irrefutable de que hacer una moto competitiva con las mejores del planeta es factible en la Argentina. Es más, lo que con el Jet-Max la empresa tuvo que salir a demostrar a la calle, con la nueva Naked de 650cc quedó sepultado antes de su salida concreta al mercado. Ocurre que tanto los concesionarios como los usuarios incorporaron otro concepto sustancial que era menester internalizar: la lealtad y el compromiso de Keller con la calidad y la seguridad.
Y ya se sabe, calidad y seguridad tienen un costo inicial importante. Porque en Keller se tiene conciencia cabal de que empresa que decida ingresar al segmento de alta gama no puede ni debe abaratar insumos para reducir el precio final del producto. Hay un linaje técnico en la K-65 que debe valorarse en su justa medida, y nada por debajo de ese nivel sería serio ni mucho menos aconsejable. 



Ir más allá

La K-65 es un modelo que tiene cuatro años de desarrollo y testeo, la mitad de los cuales corresponde al progreso introducido por los ingenieros de Keller. Sobre una buena plataforma, el personal especializado de Keller Motos trabajó dos años para reformular el prototipo y llegar montar la primera 650 cc producida en el país. Con la decisión necesaria en estos emprendimientos, capacidad tecnológica instalada y un buen caudal de recursos humanos, la firma mediterránea echó por tierra el concepto de que no se puede fabricar en Argentina una moto de mediana cilindrada con tecnología de punta y variedad de componentes comunes a las más prestigiosas marcas mundiales.
Todo tiene una razón, a lo que Keller le agrega la pasión. No hay que olvidar que la empresa viene acumulando antecedentes que ilustran una conducta coherente detrás de una clara filosofía: generar una marca propia.
En este sentido cabe recordar que en 2009, con la introducción al mercado de su modelo K2 (primera “pistera” de baja cilindrada producida en el país), Keller logró imponer un concepto superador para productos de origen chino, al otorgarles el valor agregado de  ingeniería, diseño industrial y marketing propios. Esa fue la fórmula para romper con los prejuicios en materia de calidad y precios acotados de los productos de origen asiático. La K2 fue la primera moto ensamblada (y ampliamente mejorada) en la Argentina que superaba la barrera de los 10.000 pesos sin culpas.
Paralelamente, y con la misma impronta de ajustar el producto a las necesidades y gustos argentinos, llegaron como novedades absolutas para el mercado local los Maxi Scooter Conquista y Satelix 150, la Endurera MX 260 y quásar 200 y la Street inédita en su momento, Stratus 260, por su potencia y prestaciones integralmente delineadas por profesionales de Keller.
Sin duda, Keller Motos tiene una concepción empresaria particular: para no perder de vista la consigna de consolidar una “marca propia”, decidió recorrer el camino más largo y difícil, el que resalta la diferencia entre el negocio de ensamblar motos y la decisión de fabricar en el país.
No obstante su corta trayectoria de cuatro años, por sólida y franca, la metodología “Keller” empieza a darle muchas satisfacciones, y a volcar productos genuinamente concebidos por argentinos para el mercado argentino. Cabe consignar que el 100% de los productos Keller llevan su ADN. Sobre 21 modelos del Line Up, 11 fueron co-diseñados entre sus proveedor globales y Keller.

Cambio de chip

Existen en Argentina potenciales consumidores de Maxi Scooter y de motos de 650cc de alta gama pero hay reticencia a concebir productos de dichos segmentos desarrollados localmente que se equiparen, en alguna medida, a los japoneses, a los alemanes o a los italianos.
Sin embargo, estudios de mercado efectuados por Keller Motos demostraron que puede modificarse ese preconcepto. En ese marco se ubica el proyecto K-65.
Es más, ya con el Jet-Max 250 como caso testigo,  Keller empezó a marcar la tendencia de que sus productos llevan en sí un desarrollo inédito y de clase mundial. Prueba de ello fue la  positiva reacción del público ante la llegada del gigantesco Scooter,  también fabricado en un alto porcentaje por Keller: al comprobar la calidad de terminación, sus prestaciones y el tenor de sus componentes, el consumidor del Jet-Max asimiló el porqué de su precio y ya no lo asoció con otros ejemplares de su misma cilindrada provenientes del país asiático pero que sólo se ensamblan en Argentina.
Por ese motivo, en Keller hay mucha confianza de que lo propio acontecerá con la K-65, una nueva y auténtica joya hecha en Córdoba con estándares del primer mundo. Esta manera distinta de “hacer”  convierte a Keller Motos en un nuevo paradigma y obliga al conjunto del mercado a  redefinir qué significa ser Nº 1 en la industria de la motocicleta argentina.