lunes, octubre 29, 2018

MATÍAS PÉREZ, EL ULISES DE LA ODISEA PAMPEANA por Leandro Bolano. "Tato"

Si el poeta griego Homero (Siglo VIII A.C) hubiese presenciado la competencia final del #SuperbikeArgentino en La Pampa, seguramente el protagonista de su relato heroico “La Odisea” tendría como personaje central a Matías Pérez, quien con su caballo troyano con el #81 consiguió sobreponerse a todas las dificultades, lograr el 2º puesto final y sobre todo estirar la definición del campeonato hasta la próxima fecha doble y coronación en la Provincia de La Rioja.

La odisea comenzó el día sábado, cuando al momento de las prácticas libres y clasificación Matías y el equipo Suzuki Center no lograron llegar a un entendimiento adecuado con la GSXR1000, obteniendo un 5º puesto clasificatorio que no colmó las expectativas del Team Azul. 
Los trabajos se extendieron hasta altas horas de la noche en el box, repasando todo lo que fuese necesario en la mecánica y en el setup. Solo restó esperar el comienzo de un nuevo día para chequear que los cambios surtieran efecto sobre la pista y los relojes. 
La sociedad piloto/moto se volvió en las pruebas de tanques llenos un solo objeto, al igual que como reza la tradición de los héroes discípulos del Centauro Quirón (mitad caballo y mitad hombre) para que juntos consiguieran generarse confianza y unir las fuerzas en un objetivo en común. 
“Cuando nos entendimos con la moto y comenzó a ir mucho mejor, tuvimos un problema en la palanca de cambios, pudimos dar una sola vuelta para poder verificar el avance y me quedé con la duda para saber si hubiese podido rodar más rápido. Yo internamente sabía que el trabajo le había sentado bien a la Suzuki y ella de alguna manera me había dado la confianza necesaria con sensaciones propias de entendimiento que tenemos los pilotos con nuestras motos” señaló el titán, luego de las pruebas del primer día de actividad oficial 

La competencia final del día domingo no fue una más, sino que se presentaba en un plano definitorio, en la que se jugaba la concreción del campeonato por parte de Marco Solorza de manera anticipada, y ahí estaban puestas las energías, en dar pelea y no entregarse al igual que Odiseo en la lucha contra las tempestades impuestas por el Dios Poseidón. 
La primera acción que se convirtió en épica y heroica, se presentó al momento de la largada de la final pactada a 15 giros al circuito de 4.184 metros de extensión, cuando Matías saltó del 5º al 1º puesto en una sola maniobra, volviendo a ratificar una de sus mejores virtudes, pero que sin embargo no le bastó para sostener el liderazgo, ya que Marco Solorza con la BMW #39 se rehacía para colocarse en la punta de la competencia metros después. 
Mientras que Marco  tomaba distancia y metía el record de vuelta, Martín Solorza buscaba la posición del platense descolgándose ambos del ritmo de punta sumergidos en una lucha franca y directa, haciendo que el líder tome mayor margen en relación a sus perseguidores y donde finalmente Martín, consiguió colocarse como 1er escolta y escudero de su hermano, mientras que Matías ya comenzaba a sentir la presión de Ariel “Buba” Ramírez con la Yamaha #58, situación que lo ponía al titán en la delgada línea roja si perdía la 3ª colocación, ya que un 4º lo dejaba fuera de las probabilidades matemáticas por el campeonato. 
El segundo capítulo del relato, tuvo que ver con la lucha mano a mano entre “el Titán” y “el Samurái” (Pérez Vs Ramírez) por el puesto de oro, pero también por el honor de dos que se conocen y saben de qué están hechos cada uno. La disputa fue directa, “cuerpo a cuerpo” y “rueda a rueda”, la Suzuki contra la Yamaha, mientras que Martín Solorza comenzaba con problemas en su moto yéndose ancho en una curva y perdiendo terreno, Buba le ganaba la posición a Matías quien parecía rendirse (en apariencia) y quedarse con el sabor agridulce de un fin de semana donde no había podido ser protagonista. 
“El domingo cuando me desperté por la mañana cambié el Chip en mi cabeza, me saqué el que tenía y me puse uno nuevo y positivo. Sabía que la carrera sería difícil, pero también sabia cuanto cuenta arrancar el día motivado” declaró el de la plata antes de llegar al circuito de Toay. 
Una vuelta después, a solo 3 del final, Matías le devolvió a Ariel (en el mismo lugar el sobrepaso), la acción colocándose nuevamente en el puesto 3º y rápidamente apuntó el horizonte al 2º de Martín Solorza a quien superó en una maniobra sorpresiva, justa y quirúrgica a dos del final para quedarse con el segundo escalón del podio y así poder estirar la definición hasta La Rioja donde se disputará la fecha doble y cierre de temporada que coronará al Campeón 2018. 
“Me enfoqué en superarme, en querer ir con todo lo que me quedaba sobre el final y no pensé sinceramente en las matemáticas del campeonato, solo fui a buscar lo mejor que pude y me vuelvo feliz de haber cumplido con el trabajo, sabiendo que Marco Solorza es un excelente piloto, rápido y que también funcionó muy bien durante el fin de semana” declaró el titán luego del podio. 
Todo el equipo Suzuki Center festejó junto a la GSXR1000 y su jinete un segundo puesto con sabor a hazaña, una más entre tantas otras que los catapultan como a una de las sociedades más virtuosas donde se entremezclan la pericia del piloto y la nobleza de la marca japonesa. 


Matías al igual que Ulises (Odiseo) en el relato helénico, demostraron la fuerza de voluntad, la inteligencia para resolver los problemas y sobre todo la actitud de los héroes, y aunque debió   sufrir otra odisea para llegar a La Plata por la rotura del camión que trasladaba al equipo, (reeditando de alguna manera lo sucedido con Ulises para llegar al pueblo de Ítaca- como cuenta la leyenda), Lo cierto es que su ciudad, lo recibirá como a su mejor gladiador y representante en la historia moderna del motociclismo argentino.
Fotografías: Motoclik
Nota Por Leandro Bolano, "Tato"