Con el uso de la fórmula propuesta por las cámaras del Congreso, las motos de menor calidad y precio casi tendrían cumplido el 50% de integración para 2009, en cambio, las motos de marcas reconocidas como buenas y fiables con fuertes inversiones no llegan al 25% de CMI.
«La ley de la motocicleta ya fue sancionada y sólo falta la reglamentación. Se basa en una fórmula que dice que el porcentaje de integración nacional o Componente Máximo Importado CMI sale de dividir el precio CIF (puesto en puerto sin nacionalizar) por el precio fábrica (precio al concesionario sin impuestos ). La integración nacional, a mi parecer, debiera haber sido respetando el régimen progresivo, abarcativo y contemplativo que diseñaron la presidente Cristina de Kirchner con el secretario de Industria, Fernando Fraguío, y las empresas del sector, pero... se rumorea que las dos cámaras del Congreso dicen que "con la excusa de hacerlo más exigente, en suposición, se va a acelerar la integración», cambiaron por completo la propuesta presidencial; según el año será de la siguiente manera: 2009, el 50%; 2010, el 55%; 2011, el 60%; 2012, el 65%; y 2013, el 70%.
En componentes nacionales esta cuenta mencionada da el 21% para una moto de calidad, y para una moto sin estas exigencias es del 46%.
Pero todo basado en la tablita CMI = Precio CIF # precio concesionario sin impuestos.
Como verán, los que traen vehículos de calidad y venden a precios razonables están en franca desventaja. Todavía falta la reglamentación y es donde los legisladores deben cuidar a los consumidores, pues deben darse cuenta de los proyectos reales de inversión y de las que con los dos tornillos llegarán al 50%, mientras hay empresas que ya llevan invertidos unos cuantos millones de pesos en matrices para más de 20 piezas que sólo sumarán un 3% o 4% de integración. Es como para que tengan un panorama más claro de la situación de la nueva ley. Sólo quienes construyan proyectos serios soportarán, para cuando llegue el momento de la comprobación real de la integración, y ahí se verá el resultado de este esfuerzo e integración genuina. Si no se advierten estos detalles, muchos puestos de trabajo no se crearán y se desalentarán las inversiones reales. Debemos cuidar entre todos el objetivo de lograr el éxito del proyecto presidencial, en generar nuevos puestos de trabajo, permitiendo al asalariado la compra de su primer vehículo y que éste sea de calidad y que sea una buena inversión para el trabajador y no que compre una moto de dudosa calidad de componentes, en su gran mayoría importados, pero que «dibujando» una cuenta reúna con dos tornillos el porcentaje de integración nacional. Trabajo genuino argentino y productos de justa y razonable calidad.
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