Disfrazados, con narices de payaso y al son de bocinazos alegres. Así arrancó la Caravana. Cada uno fue como quiso pero con un objetivo en común: llevarle juguetes nuevos a chicos que pasan sus días en un hospital.
Las 3500 motos que se juntaron frente al Campo Argentino de Polo fueron esta vez el vehículo de la felicidad para los chicos que por doceava vez los esperaron con una sonrisa y alegría, que como siempre, se contagió a todos los participantes.
La multitudinaria concentración que encendió la mañana de los porteños una vez más, recorrió las principales avenidas de la ciudad de Buenos Aires para realizar la primera parada en la Casa Garrahan. Allí los niños esperaban ansiosos la llegada de estos voluntarios sobre dos ruedas que los entretendrían durante la mañana. Luego partiría al Hospital Sor María Ludovica de La Plata.
El evento que suele ser en las vísperas del Día del Niño, se había postergado debido al mal clima. Pero eso no impidió que un grupo reducido de voluntarios visitara ese sábado, que se compuso al mediodía, los hospitales Pedro de Elizalde (Casa Cuna), el Tobar García y el Dr. Ricardo Gutiérrez, y la semana siguiente el Hospital de Niños de San Justo para repartir otra tanda de juguetes.
El evento que suele ser en las vísperas del Día del Niño, se había postergado debido al mal clima. Pero eso no impidió que un grupo reducido de voluntarios visitara ese sábado, que se compuso al mediodía, los hospitales Pedro de Elizalde (Casa Cuna), el Tobar García y el Dr. Ricardo Gutiérrez, y la semana siguiente el Hospital de Niños de San Justo para repartir otra tanda de juguetes.
La recaudación de este año fue de 10.000 juguetes nuevos, fruto de donaciones de quienes asistieron y de empresas como Castrol, marca líder de lubricantes, que por segundo año consecutivo apoyó la causa.
La Caravana del Kawaclub se ha convertido en un clásico en el mundo de las motos y gana adeptos año a año.
La Caravana del Kawaclub se ha convertido en un clásico en el mundo de las motos y gana adeptos año a año.